LA TRASTIENDA DE UN NEGOCIO MILLONARIO::DIARIO HOY DE LA PLATA
Denuncian rezonificaciones “a medida” para favorecer intereses inmobiliarios
En varios municipios se aprobaron cambios en la legislación, sin tener en cuenta la planificación urbanística, ni la infraestructura, ni la opinión de los vecinos. Se trataría de ordenanzas a medida de los intereses de grupos inversores. Las denuncias detrás de un negocio millonario
Los emprendimientos inmobiliarios crecen de la mano de la construcción en el Conurbano. La cercanía con Capital Federal y La Plata, vía Autopista, la convierten en zona altamente rentable para los constructores. En muchos casos, los proyectos se hacen sin tener en cuenta una planificación urbanística y, más grave aún, a través de rezonificaciones “a medida”. El boom de la construcción explotó el año pasado e involucra a varios actores. Los inversores, que prefieren construir en las zonas donde hay mayor movimiento comercial, como el centro; o de mayor poder adquisitivo, como la zona residencial. Los profesionales y obreros, que quieren preservar sus fuentes de trabajo. Y los vecinos, que reclaman el derecho a elegir en qué ciudad quieren vivir. En este escenario se da la pulseada con los intendentes. En Quilmes, el negocio se disparó el año pasado, en plena carrera electoral. El eje del conflicto: la localidad de Bernal, en donde los vecinos se negaban a que se construyeran edificios porque colapsarían los servicios y sus casas se depreciarían. En el medio, la pelea entre el PJ y el FpV dio para todo: aprobaron una ordenanza que prohibía las construcciones por 6 meses, y la derogaron 5 días más tarde. Después de muchas acusaciones cruzadas, el Concejo decidió actualizar el Código de Planeamiento Urbano, elaborado durante la dictadura. El proyecto, que incluyó una rezonificación que dejó a salvo sólo 14 manzanas residenciales en las que no se podrán construir edificios. Los vecinos recurrieron al gobierno bonaerense y a la Justicia (ver aparte). En Berazategui, un cambio de zonificación en la localidad de Ranelagh desató la furia de la gente. Los vecinos vieron cómo construían una cantera frente a sus puertas, en un barrio residencial, en poco menos de un mes. Descubrieron, con sorpresa, que la obra tenía el visto bueno del Municipio. Esta no es la primera vez que un cambio de zonificación genera suspicacias. Desde la oposición sospechan que en los últimos cinco años se habrían aprobado al menos diez ordenanzas para favorecer la concreción de distintos emprendimientos inmobiliarios, como countries y clubes de campo. Entre ellos, sobresalen Pampas Pueblo, un megaproyecto que comenzó a desarrollarse en la vieja matería Hudson y que prevé una inversión de 100 millones de dólares. En Tres de Febrero también explotó el negocio de la construcción. Pero hay denuncias por la falta de planificación y de controles sobre las obras. El ARI asegura que algunos proyectos se desarrollan “sin los permisos correspondientes” y sin tener en cuenta la legislación vigente. Las megaexcepciones votadas por el Concejo de Vicente López cobraron fama nacional. En la madrugada del 24 de diciembre de 2004, en una sesión sin la presencia de la oposición, los vecinos ni la prensa; los concejales oficialistas aprobaron seis ordenanzas de excepción al Código de Ordenamiento Urbano. En tres horas, analizaron y votaron 173 dictámenes. Los vecinos calculan que las ordenanzas “abrieron las puertas a negocios por 485 millones de pesos”. El escándalo volvió a desatarse en diciembre, cuando el oficialismo votó más cambios que permiten la construcción de torres de pisos en lugares prohibidos.
En varios municipios se aprobaron cambios en la legislación, sin tener en cuenta la planificación urbanística, ni la infraestructura, ni la opinión de los vecinos. Se trataría de ordenanzas a medida de los intereses de grupos inversores. Las denuncias detrás de un negocio millonario
Los emprendimientos inmobiliarios crecen de la mano de la construcción en el Conurbano. La cercanía con Capital Federal y La Plata, vía Autopista, la convierten en zona altamente rentable para los constructores. En muchos casos, los proyectos se hacen sin tener en cuenta una planificación urbanística y, más grave aún, a través de rezonificaciones “a medida”. El boom de la construcción explotó el año pasado e involucra a varios actores. Los inversores, que prefieren construir en las zonas donde hay mayor movimiento comercial, como el centro; o de mayor poder adquisitivo, como la zona residencial. Los profesionales y obreros, que quieren preservar sus fuentes de trabajo. Y los vecinos, que reclaman el derecho a elegir en qué ciudad quieren vivir. En este escenario se da la pulseada con los intendentes. En Quilmes, el negocio se disparó el año pasado, en plena carrera electoral. El eje del conflicto: la localidad de Bernal, en donde los vecinos se negaban a que se construyeran edificios porque colapsarían los servicios y sus casas se depreciarían. En el medio, la pelea entre el PJ y el FpV dio para todo: aprobaron una ordenanza que prohibía las construcciones por 6 meses, y la derogaron 5 días más tarde. Después de muchas acusaciones cruzadas, el Concejo decidió actualizar el Código de Planeamiento Urbano, elaborado durante la dictadura. El proyecto, que incluyó una rezonificación que dejó a salvo sólo 14 manzanas residenciales en las que no se podrán construir edificios. Los vecinos recurrieron al gobierno bonaerense y a la Justicia (ver aparte). En Berazategui, un cambio de zonificación en la localidad de Ranelagh desató la furia de la gente. Los vecinos vieron cómo construían una cantera frente a sus puertas, en un barrio residencial, en poco menos de un mes. Descubrieron, con sorpresa, que la obra tenía el visto bueno del Municipio. Esta no es la primera vez que un cambio de zonificación genera suspicacias. Desde la oposición sospechan que en los últimos cinco años se habrían aprobado al menos diez ordenanzas para favorecer la concreción de distintos emprendimientos inmobiliarios, como countries y clubes de campo. Entre ellos, sobresalen Pampas Pueblo, un megaproyecto que comenzó a desarrollarse en la vieja matería Hudson y que prevé una inversión de 100 millones de dólares. En Tres de Febrero también explotó el negocio de la construcción. Pero hay denuncias por la falta de planificación y de controles sobre las obras. El ARI asegura que algunos proyectos se desarrollan “sin los permisos correspondientes” y sin tener en cuenta la legislación vigente. Las megaexcepciones votadas por el Concejo de Vicente López cobraron fama nacional. En la madrugada del 24 de diciembre de 2004, en una sesión sin la presencia de la oposición, los vecinos ni la prensa; los concejales oficialistas aprobaron seis ordenanzas de excepción al Código de Ordenamiento Urbano. En tres horas, analizaron y votaron 173 dictámenes. Los vecinos calculan que las ordenanzas “abrieron las puertas a negocios por 485 millones de pesos”. El escándalo volvió a desatarse en diciembre, cuando el oficialismo votó más cambios que permiten la construcción de torres de pisos en lugares prohibidos.
posted by ajibrujo @ 11:43 AM
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